La información y la comunicación son dos cosas muy diferentes, pero que al unirse generan un material único. Muchas veces es difícil comunicar contenidos o momentos complicados del día a día. Catástrofes; asesinatos; Robos; crisis sociales. Vamos a conocer a Augusto Telias periodista en Telefe Noticias desde 2002 y repasar sus inicios y su camino dentro del periodismo. Además, investigaciones y trabajos más impactantes que le ha tocado vivir. Analizando la actualidad del periodismo con una mirada objetiva, de alguien que se basa en la verdad y el chequeo de información continua. Algo que hoy en día en el ámbito del periodismo no es tan común, pero que demuestra la veracidad de los hechos, generando una confianza de credibilidad mayor ante la audiencia.
–¿Cómo fueron tus inicios de periodista?
Fue de casualidad, empecé hacer radio a los 19 años, porque escuché radio y conocía a alguien que hacia un programa, yo me había anotado al CBC de abogacía. Y sin querer estaba haciendo radio, me gustó, hacia deportes. Me gusta mucho el fútbol y rugby. Después de eso quería ser locutor, me anoté para estudiar y no entre en el ISER, la realidad que el examen de ingreso era muy difícil y no me había preparado, es más ni sabía que tenía que prepárarme (entre risas). Me dije: ¿Qué puedo hacer para seguir haciendo radio? y me anoté en TEA. Aprendí a hacer otras cosas, a escribir, descubrir más del oficio; Mi abuelo y tío abuelo eran periodistas. En TEA la peor materia que me iba era televisión, no entendía algunas cosas. Cuando terminé ahí, tuve un poco de suerte. Yo tenía otros laburos, hacia mensajería en moto; mientras estudiaba trabajé de pintor; cocinero; mozo, un montón de cosas, también vendí medicina prepaga. Otra vez me dije bueno, ¿Qué hago? ¿Gano plata con la moto O me tiro a trabajar de periodista? Y empecé a buscar trabajo por todas partes. Recuerdo que dejé cien curriculums en un día, en cien lugares distintos relacionados a los medios de comunicación. Conseguí laburo en FM Fénix, radio de la localidad de Martinez, Bs.as. Una gente muy buena, que han valorado mi trabajo desde el primer minuto, y a pesar de tener pocos recursos me pagaban un sueldo, que eran $200 pesos o $200 dólares. En esa época, por laburar un rato a la mañana estaba bien, además me conseguí unos avisos. Vivía en la casa de mis viejos así que no tenía que pagar las cosas que uno tiene cuando hay otras responsabilidades, y pude sostenerme en eso para empezar. Los periodistas que estaban en la mañana un día de fueron y yo con veinticuatro años, de repente, me dijeron que me tenía que hacer cargo de ese horario, yo no sabía bien que hacer, pero bueno, me fui armando de contactos locales de zona norte; municipio; entidades. En esa época se mandaban fax, o se hablaba por teléfono, el celular era una rareza, el mail no existía, internet recién arrancaba; trabajaba con los diarios sobre la mesa. Había que rebuscársela más, recurriendo a libros y otros textos, hoy apretas un botón y tenes todo en un segundo.
-¿Cómo incursionas en la televisión?
Un día realizo un curso de cómo hacer un noticiero de televisión zonal, me interesó por que no tenía idea de que se podía hacer. La charla la daba Mario Massaccesi, de canal 13, que en esa época trabaja en un canal local. Éramos muy joven, y vi el noticiero e inmediatamente me encantó. Le pedí laburo y me acuerdo que un día me llamó que necesitaba gente y empecé en el año 1997 a trabajar como cronista. Y aprender cómo hacer televisión, es mucho más complejo, porque mientras uno pregunta y se mira el contenido de audio en una entrevista, uno tiene que generar contenido de imagen para vestirla, porque una cara hablando 4×4, salvo que sea una personalidad muy importante, es un plomo (entre risas). Luego cuando Mario se fue, quedé a cargo del noticiero y en paralelo trabajé como corresponsal para el canal 13 de Chile de la Universidad Católica. Realicé la cobertura de la crisis de Menem y De la Rúa (ex presidentes argentinos) con el corralito, la devaluación; cinco presidentes en una semana; Menem preso por la venta de armas y como era esposo de Cecilia Bolocco, en Chile generaba mucho revuelo. La verdad trabajaba como una bestia. En medio de esa crisis en 2002 me quedo sin trabajo del noticiero. Y aparece la posibilidad de ir a canal 13, que me quiso llevar Maro Massaccesi a dar una prueba y a su vez otra en canal 11 (Telefe) y quede ahí desde el 2002. Donde ahora sin querer cumplí 15 años en Telefe.
-¿Cómo se hace para permanecer 15 años en un medio importante?
Lo que siempre tengo como método y guía es: Mucho trabajo, búsqueda de información, no quedarte con lo que sale en un diario, un cable o una placa roja. Sino que agarrar la agenda permanentemente, ser responsable; tener buena información y fuentes confiables. Pero además en televisión, es necesario algo que estoy empezando a aprenderlo ahora con algunos cursos mismos que estoy tomando del canal. Lo que uno puede hacer trascender como comunicador además de la información, y la cantidad de la misma, es como la dice. El qué, es muy importante. Cómo le llegas a la gente que está del otro lado en un momento que menos se sientan frente a un televisor a una hora para ver algo. Que cuando quieren, en un teléfono ven las noticias, you tube y se vuelve un tanto innecesario para la gente ver un noticiero. Es ahí donde tenemos que ir más allá, tener un formato que lo haga necesario, en el cómo transmitir la noticia y cómo se trata una noticia, que capaz que el tipo ya la vio en todos lados. Hacer la diferencia, hoy yo creo que se trata de eso. Se ve mucho menos tele en general, ya que se utiliza mucho más el contenido digital. Las redes, Facebook, Twitter donde se saca un montón de información. Por supuesto que no es la información calificada como la que tiene un periodista o un medio de comunicación importante. Porque twitter son 140 caracteres, pero te sirve para tirar una foto y la noticia, ya con eso lo colgaste. Por eso la tele tiene que ir más allá y generar contenido distinto; atractivo; generoso; vistoso, con buena información y calidad de todos los recursos que hacen una noticia.
-Generalmente se te ve en televisión en casos policiales, tragedias o desastres naturales, ¿cómo fue que te dedicaste a esos temas?
Se fue dando por el horario que tenía como cronista, entraba a las 6 y 7 am. En ese horario no había eventos, ágapes, ni actividades protocolares o discurso de alguien (entre risas). Tenías lo que pasó en la noche, choques de los alcoholizados, robos. Y uno va haciendo siempre lo mismo, te vas adaptando y generando contactos para tu mesa de producción. Por eso cuando se dio el momento pensaron en mí.
-¿Qué pensas de la radio como medio de comunicación en la actualidad?
Creo que el público de radio se va achicando cada vez más, desde el punto de vista informativo o musical, sigue siendo para mí, depende la edad, el elemento de información o compañía en tareas cotidianas. Yo escucho radio siempre. Cuando salíamos a la calle con los camarógrafos poníamos AM para estar informados.
-¿Crees que el periodismo actual rompe códigos de ética más seguido que antes?
Yo creo que al no existir un código de ética y un colegio de periodistas que regule la actividad y defina que está bien y que está mal, queda más en cada uno y lógicamente hay de todo. Sin tener nada que ver con la profesión, sino con las personas. Hay buenas y malas. Que pueden ser grandes periodistas pero malas personas y especular con diversas circunstancias o estar sujetos a cosas que ensucian la cancha, por ejemplo: el caso Maldonado fue un tema para analizar, lo que se publica o no de acuerdo a la mirada del periodista, pero también a la mirada del medio. Porque pareciera que si vos queres informarte del caso y lees Clarín es una cosa, pagina 12 es otra. ¿Cuál es la verdad? Es por eso que hay que buscar la información propia, pero un lector o televidente confía en alguien y punto. Nosotros tenemos que tener la responsabilidad de, por ejemplo las cosas que me tocaron del caso Maldonado, entable contacto directamente con fuentes judiciales; peritos; abogados, para tener fuente propia. Porque si no realmente no sabes a quien creerle y uno no puede como periodista reproducir lo que hacen otros. Para mi gusto, es una porquería.
-¿Qué caso te impacto más durante tus años de periodismo?
Fueron muchos, pero no son necesariamente vinculados a policiales. Cuando cubrí las inundaciones grandes de Santa fé fue muy fuerte, hubo muertos, gente con el agua hasta el techo. Los incendios de Córdoba con la gente peleándole al fuego con las manos prácticamente. Haber entrado a Cromañón fue algo muy bravo también. Entrar a la casa de María Marta Belsunce. Entrevistar a Fernando Farré en la cárcel. Cubrir la crisis del 2001, es bravo ver a tu país cuando está sin rumbo y tener que contarlo para que lo entiendan otros, a uno le duele también eso. Ver como se quedaban con los ahorros de toda la vida de la gente. También me tocó viajar con Nestor Kirchner un par de veces cuando era presidente, fue muy interesante. Son muchas cosas y distintas experiencias que uno adquiere.
-¿Te queda algo pendiente en el periodismo?
Me gustaría conducir un noticiero, pero también poder pensar y plasmar en la pantalla las ideas que tengo dirigiendo el noticiero.